La Unión Europea de Radiodifusión ha revelado hoy una serie de modificaciones en el sistema de votación del Festival de la Canción de Eurovisión que entrarán en vigor para la edición de 2026. Estas actualizaciones buscan fortalecer la integridad del concurso mediante una aplicación más rigurosa de las normativas existentes, abordando preocupaciones sobre posibles usos inadecuados que han surgido en ediciones recientes. La organización pretende restaurar la confianza del público y los participantes a través de estos ajustes, que afectarán tanto al proceso de selección de canciones como a las presentaciones en directo durante el evento televisado.


Refuerzo en el control de contenidos y presentaciones

La UER implementará mecanismos de verificación más estrictos para evaluar las letras de las canciones y los elementos visuales de las actuaciones antes de su aprobación definitiva. Este proceso de supervisión previa busca prevenir contenidos que puedan considerarse inapropiados o que violen el espíritu del concurso, estableciendo criterios claros sobre lo permitido en el escenario. Las delegaciones nacionales recibirán directrices específicas sobre los límites creativos, con especial atención a los mensajes políticos, el lenguaje utilizado y la coreografía de las actuaciones.

Nuevos protocolos de transparencia en la votación

El sistema de puntuación contará con auditorías externas adicionales y una verificación en tiempo real de los resultados durante la transmisión en directo. Los representantes de cada país participante tendrán acceso a canales de comunicación directos con el comité organizador para reportar cualquier irregularidad durante el proceso de votación. Estas medidas complementan el actual sistema de jurados profesionales y votación del público, creando múltiples capas de supervisión que dificultan manipulaciones o comportamientos cuestionables.

Aunque algunos puristas argumentan que tantas regulaciones podrían limitar la creatividad, la organización insiste en que un marco claro beneficia a todos los participantes por igual. Curiosamente, justo cuando creíamos que lo más polémico de Eurovisión serían los trajes extravagantes, ahora necesitamos un manual de instrucciones para evitar que una coreografía o una letra nos descalifiquen.