La Unión Europea acaba de publicar una regulación que restringe severamente el uso de determinados ftalatos en materiales para impresión 3D FDM, especialmente aquellos basados en PVC flexible. Esta medida afecta directamente a numerosos filamentos económicos que han ganado popularidad por su relación calidad/precio, generando incertidumbre inmediata en el sector sobre qué productos permanecerán en el mercado y cuáles deberán ser retirados.


Impacto en filamentos de PVC flexible y alternativas disponibles

Los ftalatos son aditivos químicos que se utilizan para proporcionar flexibilidad a materiales como el PVC, pero estudios recientes demuestran que pueden representar riesgos para la salud y el medio ambiente. Los filamentos de PVC flexible de bajo costo son los más afectados, ya que muchos dependen precisamente de estos compuestos para lograr sus propiedades mecánicas. Como alternativa inmediata, fabricantes recomiendan migrar hacia filamentos libres de ftalatos como TPU / TPE / PETG, que aunque más costosos, cumplen con la nueva normativa y ofrecen características técnicas similares o superiores.

Consecuencias prácticas para usuarios y fabricantes

Esta regulación implica que distribuidores y fabricantes deberán revisar urgentemente la composición de sus productos, retirando aquellos que no cumplan con los nuevos límites establecidos. Para los usuarios finales, esto se traduce en dos efectos principales: por un lado, posible desabastecimiento temporal de ciertos materiales económicos y por otro, incremento en los precios de los filamentos que sí cumplan la normativa. Se recomienda verificar el certificado de composición de cada filamento antes de realizar nuevas compras, especialmente cuando se trate de marcas blancas o genéricas.

Justo cuando conseguíamos que el PVC flexible fuera asequible para proyectos de prototipado, la normativa nos recuerda que la impresión 3D no es solo hacer figuritas, sino también cumplir con regulaciones que parecen cambiar más rápido que la velocidad de impresión de una Voron.