La estela sumerge al lector en las profundidades oceánicas

[3dpoder]

Scott Snyder y Sean Murphy nos llevan a las profundidades marinas con The Wake, una obra publicada por Panini Cómics bajo el sello DC / Vértigo que fusiona el terror abisal con la ciencia ficción apocalíptica. La historia nos presenta a la especialista en comunicación marina Lee Archer, quien es reclutada para investigar un misterioso sonido procedente de las fosas oceánicas más profundas. Lo que comienza como una expedición científica rutinaria pronto se transforma en una pesadilla cuando descubren criaturas ancestrales que desafían toda lógica biológica y que amenazan con alterar el futuro de la humanidad.

La dualidad temporal y el horror acuático

La narrativa se divide inteligentemente en dos líneas temporales que eventualmente convergen, mostrando por un lado el descubrimiento inicial de estas entidades marinas en una base submarina de alta tecnología, y por otro lado un futuro postapocalíptico donde los océanos han cubierto la mayor parte del planeta terrestre. Sean Murphy demuestra su maestría visual creando ambientes claustrofóbicos submarinos y diseños de criaturas que mezclan biología marina prehistórica con elementos casi alienígenas, mientras Snyder teje una mitología que conecta el pasado evolutivo humano con un destino inevitable.

Legado de Vertigo y narrativa gráfica

Esta obra representa el tipo de narrativa madura y experimental que caracterizó al sello Vertigo, llevando el horror cósmico a un escenario contemporáneo. La construcción del misterio es gradual, utilizando el desconocimiento del entorno marino como catalizador del terror, donde cada revelación genera más preguntas que respuestas. La paleta de colores dominada por azules profundos y verdes bioluminiscentes crea una atmósfera opresiva que transmite la sensación de estar a miles de metros bajo la superficie, donde la luz natural nunca llega.

Quizás lo más aterrador es darse cuenta de que después de leer The Wake, ese ruido de tuberías en tu casa ya no parece tan inocente, y mirar el mar desde la playa nunca volverá a ser igual.