Fumi Kitahara y su legado inolvidable en la animación
La industria de la animación ha perdido a una de sus figuras más influyentes. Fumi Kitahara, publicista y consultora de premiaciones para estudios como Disney, DreamWorks, Aardman, Netflix y Laika, falleció el 24 de febrero de 2025 tras una larga lucha contra un raro cáncer en la sangre. Su trayectoria dejó una huella imborrable en la promoción de algunas de las películas animadas más icónicas de las últimas décadas.
Una carrera dedicada a la animación
Graduada en California State University Northridge, Kitahara inició su carrera en Disney en 1992, trabajando en la promoción de clásicos como El Rey León, Pocahontas, Toy Story y The Nightmare Before Christmas. En 1996, se unió a DreamWorks SKG, donde dirigió el departamento de publicidad de animación durante 11 años, impulsando campañas para éxitos como Shrek, Wallace & Gromit: The Curse of the Were-Rabbit y Cómo entrenar a tu dragón.
Su impacto en el cine animado
A lo largo de su carrera, Kitahara promovió campañas para películas aclamadas como Coraline, Kubo y la búsqueda samurái, Klaus, Los Mitchell contra las máquinas y El monstruo marino. Su habilidad para conectar con la prensa y su incansable apoyo a la animación independiente la convirtieron en una referencia en la industria.
Un legado que trasciende las películas
Además de su trabajo en largometrajes, Kitahara lideró campañas de cortometrajes animados galardonados, como If Anything Happens, I Love You, The Boy, the Mole, the Fox and the Horse y War is Over!. También colaboró con Google Spotlight Stories y Baobab Studios, contribuyendo a proyectos innovadores como Pearl y Baba Yaga.
Reconocimientos y homenajes
Como presidenta del comité de relaciones públicas en Women in Animation (WIA) durante más de una década, Kitahara fue clave en la promoción del talento femenino en la industria. En su honor, WIA ha creado el Fumi Kitahara Membership and Scholarship Fund, un fondo que apoyará a futuras generaciones de profesionales en animación.
Una pérdida irreparable para la comunidad animada
El mundo de la animación ha expresado su profundo pesar por su fallecimiento. Desde Aardman Studios hasta Annecy, múltiples figuras de la industria han destacado su pasión, generosidad y compromiso. Su esposo, el director y animador Simon Otto, junto con su hijo Max, han recibido innumerables muestras de cariño.
El legado de Fumi Kitahara no solo vive en las películas que ayudó a llevar al público, sino también en la comunidad de animadores, cineastas y creativos que fueron inspirados por su trabajo y dedicación.
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