Pues con tu postura tampoco estoy de acuerdo.Mi amigo el empresario dijo al hijo: tengo trabajo para ti, pero no te lo daré hasta que empieces a buscarlo.
Tu amigo el empresario, si se ha currado lo que tiene, no tiene porqué sentirse culpable ni del dinero que tiene, ni del trabajo que pueda ofrecer, ni de querer darle a su hijo una educación con la que empiece a valorar lo que cuestan las cosas -concretamente lo que cuesta ganarse el dinero-.
Si todos hiciesen lo que hace él, habría menos hijos gandules en el mundo.