Me he leído todo y, aunque entiendo que la situación es incómoda, creo que depende de ti ser feliz en esas circunstancias.
El yoga puede ayudar. Pero a veces hay problemas que no se solucionan con un paquete de posturas. Sobre todo, si cuando nos levantamos por la mañana, seguimos haciendo las mismas cosas que el día anterior.
Yo creo que deberías de empezar a ver la oficina de una manera global. Y no caer en la focalización. Y no solo la oficina, sino todo lo que UE implica tu trabajo y lo positivo que te reporta.
Tienes que mirar a las zonas positivas, y ver que todo está bien. Y no pensar en la parte negativa, o al menos, no pensar solo en ella. Y cuando esa parte negativa se haga evidente (los suspiros, los golpes, etc), te debes preguntar a ti misma, si dentro de esa globalidad (oficina, trabajo, vida) eres capaz de permitir que ese punto negro esté ahí. Y cuando compruebes que solo es un punto en medio de algo mucho más grande e importante, la respuesta automática será sí.
Si realmente permites que ese individuo exista, y suspire, y zarande el teclado, y lo ves cómo una parte más de lo que te rodea, no creo que te siga threshold la situación. Porque sencillamente le habrás restado importancia y habrás dejado de sentir que no lo quieres ni ver, tu problema es que internamente, no permites que ese individuo esté allí sentado, y lo quieres eliminar a toda costa, y cuando aparecen sus gestos, aparece ese rechazo en tu mente que al final solo te hace daño a tí.
La verdad es que tú reacción es lo más normal del mundo. Es lo que solemos hacer casi siempre.
Cuando nos afecta algo molesto, intentamos eliminarlo. No queremos permitir que esté ahí ni por un segundo. Cuando nos duele una parte del cuerpo, por ejemplo, focalizamos toda nuestra atención en ella, y lo único que deseamos es que se marche el dolor de inmediato, porque no queremos que nos duela.
Cuando no permitimos situaciones, a la larga, el sufrimiento que nos producen las cosas (incluso a veces las pequeñas cosas) se multiplica por 1000.
Lo correcto sería pensar, mira lo bien que está mi brazo, y mis piernas, y mi tronco. Y bueno, mi cabeza, me duele, pero no pasa nada, globalmente estoy bien, y ese dolor me lo puedo permitir, así que, no me voy a pelear con él. Es algo así.
El permiso elimina la alerta (que no es más que un batallón de intenciones en contra de la molestia), y con la alerta se elimina la preocupación y la focalización.
Piensa que el tipo va a seguir estando allí, haciendo las mismas cosas. Pero si tú se lo permites, tu atención dejara de estar focalizada en lo que haga o deje de hacer. Y terminara por no molestarte. O mejor dicho, terminaras por no molestarte en querer eliminarlo.
Yo sé que es más fácil decirlo que hacerlo. Suerte.