un millón de disculpas por no agradecer a tiempo. Es que casi no tengo tiempo de andar por ninguna parte, aunque la parte sea el espacio cibernético.
Estoy en medio de lo que por estos lares se denomina un flor de quilombo.
Resulta que decidimos construir un piso sobre el living de mi casa para instalar mi estudio allí. En los planes estaba todo genial. Un arquitecto amigo me envió gente para que evalúaran el trabajo y vieran como encararlo. La casa es una casa antigua restaurada. Los techos originales eran muy altos así que, fueron bajados con placas de yeso hace años. Un arquitecto amigo me envió gente para que evaluará el trabajo. Hacia un año que había pintado el dormitorio y hace poco había aparecido una especie de rajadura. El Revok (pensé). No le di importancia y planeaba arreglarlo en un fin de semana de esos. Cuando esta persona ve la rajadura, yo noto que deja de escucharme y queda con la vista fija allí y entonces me pregunta: ¿Qué hay aquí arriba? Yo le respondo que la habitación de mis hijas, en sintesis, la rajadura no era tal, eran los ladrillos que literalmente estaban explotando y cediendo por el peso. Bueno, dije, solucionénos esto. Entonces hicieron columnas y vigas nuevas. Tiraron abajo la pared e hicieron otra nueva y se terminó el problema, pero no, cuando pasaron al living para construir el nuevo piso y empiezan a inspeccionar. ¿adivinen que? También estaba a punto de derrumbe, pero peor aún que en el dormitorio porque las paredes no daban ningún aviso. Estaba todo (aparentemente) en condiciones y pintado hace un año también.
Aquí surgió el problema más importante porque ya no teníamos presupuesto para hacer todo lo que se tenía que hacer (prácticamente demoler todo y empezar de nuevo). Entonces llego la tarea más difícil aún, la lucha más encarnizada, esos desafios que todos tenemos que enfrentar en la vida, lograr que don Corleone (mi suegro) nos diera el dinero. Nos ofreció un riñón, tres cuartos de hígado, las córneas, pero de billetes no quería ni escuchar hablar. Finalmente logramos anestesiarle el cocodrilo australiano que el viejo tiene en el bolsillo y nos dió el dinero necesario.
Entonces, aquí me tienen, me siento como un habitante de una zona bombardeada. Arena, piedras, los muebles repartidos en diferentes casas de amigos y familiares. Las primeras dos semanas de trabajo tuvimos que ir a dormir al departamento de mi vieja aprovechando que ella por esos días estaba en Galicia visitando su tierra natal.
Pero todo tiene un saldo positivo. ¿a qué no saben que? Cuando se termine esto y tenga mi estudio en mi casa.voy a tener otra escalera. Si. la estaba necesitando porque se a agregado un nuevo Gavilán para mí otra hija. Un abrazo.
Askelmar desde las ruinas de villa del parque.