La geometría de las cuchillas rastrea un brote de listeria
Un brote de listeriosis afecta a varios lotes de un alimento procesado. Para localizar el origen, los investigadores forenses no analizan el producto, sino las máquinas que lo cortan. Cada cuchilla industrial desarrolla un patrón de microestrías y desgaste único, una firma tridimensional que transfiere al alimento al procesarlo. Esta huella microscópica actúa como un código de barras imposible de falsificar.
Un microscopio 3D captura la huella digital de la cuchilla
El proceso empieza al escanear las cuchillas de corte de distintas fábricas con un microscopio 3D de alta resolución, como el Keyence VR-6000. Este equipo genera una nube de puntos precisa de la superficie del metal, registrando cada mella, rayón y variación topográfica. El software PolyWorks Inspector procesa estos datos para crear un modelo digital de referencia de cada herramienta. Así, se digitaliza la geometría exacta que deja su marca.
La correspondencia de patrones vincula la contaminación
Paralelamente, se escanean los alimentos contaminados para extraer la huella 3D dejada por la cuchilla. En MATLAB, un algoritmo especializado compara este patrón con la biblioteca de modelos de cuchillas. El sistema busca y cuantifica la correspondencia entre las estrías, identificando qué máquina específica procesó el lote contaminado. Este método permite trazar el brote hasta una línea de producción concreta, aislando la fuente.
La próxima vez que cortes un fiambre, piensa que tu cuchillo deja más rastro que tus huellas dactilares.
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