La jugadora de la selección española de waterpolo femenino, Paula Leitón, expone la realidad del alto rendimiento. Ella no oculta que practicar un deporte de élite implica sufrir y buscar los límites al máximo, tanto en el aspecto físico como en el mental. Por esta razón, Leitón piensa que no es lo más adecuado que una persona comience una carrera profesional a una edad demasiado temprana. La deportista subraya la intensidad que requiere alcanzar y mantener el nivel que exige la competición internacional.


Leitón critica la falta de visibilidad del waterpolo

Pese a los éxitos acumulados por el equipo nacional en los últimos años, entre los que destaca la medalla de oro olímpica en los Juegos de París 2024, la waterpolista señala una falta notable de proyección mediática para su disciplina. Leitón manifiesta que, aun con estos logros históricos, el waterpolo lucha por conseguir el reconocimiento y la atención pública que, a su juicio, merece. Esta situación contrasta con el esfuerzo y los resultados obtenidos por las deportistas.

El equilibrio entre el esfuerzo y la precocidad

Su reflexión sobre no iniciarse demasiado joven en el profesionalismo surge de comprender la dureza del camino. Leitón conoce la presión constante, las demandas físicas extremas y el desgaste psicológico que conlleva. Ella aboga por un desarrollo más progresivo que permita a los jóvenes atletas madurar y asimilar las exigencias antes de sumergirse por completo en el entorno de la élite, donde el margen para equivocarse o dudar se reduce enormemente.

A veces parece que para ganar un oro olímpico hay que nadar contra corriente incluso fuera de la piscina, sobre todo cuando se trata de que te vean.