En Estados Unidos, un equipo de ingenieros diseña un buque de carga que no necesita tripulación y que se impulsa con el viento. Este proyecto busca crear un navío que pueda cruzar el océano Atlántico con muy poca intervención humana. La idea central es usar la energía eólica de forma eficiente para reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes. El sistema se controla de forma remota y opera de manera autónoma la mayor parte del tiempo.


El sistema de propulsión usa alas rígidas

La característica más distintiva del buque es su sistema de propulsión principal, que consiste en dos grandes alas rígidas similares a velas. Estas estructuras, fabricadas con materiales compuestos ligeros y resistentes, se orientan automáticamente para captar la fuerza del viento de manera óptima. Un complejo algoritmo procesa los datos meteorológicos en tiempo real y ajusta el ángulo de las alas para maximizar el empuje. El barco también cuenta con un motor diésel auxiliar para maniobrar en puertos o cuando no hay viento suficiente.

La autonomía y la navegación son clave

Para funcionar sin tripulación a bordo, el buque integra una red avanzada de sensores, radares, cámaras y sistemas de posicionamiento global. Estos elementos permiten que la embarcación perciba su entorno, evite colisiones y siga la ruta planificada. Un centro de control en tierra supervisa la travesía y puede intervenir si es estrictamente necesario. Este enfoque pretende hacer que el transporte marítimo de mercancías sea más seguro y reducir los costes operativos a largo plazo.

Parece que incluso los barcos ahora prefieren trabajar desde casa, evitando los largos viajes en alta mar con compañeros de tripulación molestos.