El proyecto AIM desarrolla un exoesqueleto de rodilla y cadera con control predictivo
El proyecto europeo AIM, que significa Assistive Intelligence for Motion, investiga cómo integrar inteligencia artificial en exoesqueletos para la parte inferior del cuerpo. Su objetivo principal es que la asistencia al caminar sea más intuitiva y natural para el usuario. Para lograrlo, el sistema no solo responde a la fuerza que la persona aplica, sino que intenta anticipar lo que el usuario quiere hacer y qué encontrará en su camino.
La IA analiza la intención y el entorno en tiempo real
Un conjunto de sensores y algoritmos de visión por computadora procesan datos sobre el movimiento del usuario y escanean el terreno inmediato. El sistema identifica desniveles, obstáculos o cambios en el tipo de superficie. Al combinar esta información con modelos biomecánicos, la inteligencia artificial predice la fase de la marcha y el tipo de asistencia que se necesitará en los próximos instantes. Así, el exoesqueleto ajusta su torque y timing de forma proactiva, no reactiva.
El control adaptativo busca una marcha más natural
Este enfoque predictivo permite que la transición entre los diferentes modos de asistencia, como al subir un escalón o iniciar la marcha, sea más suave. El exoesqueleto se adapta dinámicamente, lo que reduce la carga cognitiva y física sobre el usuario. La meta es que la persona perciba el dispositivo como una extensión de su propio cuerpo que facilita el movimiento sin entorpecerlo, mejorando la autonomía en actividades diarias.
La idea es que el exoesqueleto piense por sí solo, pero solo para ayudarte a caminar, no para decidir ir a por un café sin avisar.
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