Un equipo de investigadores propone una nueva explicación para el misterioso brillo de luz ultravioleta lejana que se observa en toda la Vía Láctea. Este resplandor difuso, detectado por telescopios espaciales, podría originarse no en estrellas comunes, sino en hipotéticos nuggets o grumos de materia oscura. Estos objetos compactos, formados por partículas exóticas, emitirían fotones al interactuar entre sí o con el medio interestelar. La teoría intenta resolver un enigma que los modelos astrofísicos actuales no logran aclarar por completo.


Los grumos actuarían como fuentes de luz invisible

Estos grumos de materia oscura, también llamados nuggets, serían objetos macroscópicos con una densidad extrema. Al chocar o aniquilarse lentamente, liberarían energía en forma de radiación ultravioleta. Este proceso generaría el patrón de luz difusa que los astrónomos miden. La propuesta conecta dos grandes misterios: la naturaleza de la materia oscura y el origen de una señal luminosa específica en nuestra galaxia. Si se confirma, cambiaría cómo entendemos la distribución y el comportamiento de la materia invisible que domina el cosmos.

La teoría compite con otras explicaciones astrofísicas

La hipótesis de los nuggets compite con otras ideas, como la emisión de estrellas de baja masa o procesos en el gas interestelar tenue. Los científicos ahora deben buscar predicciones específicas que puedan verificar o refutar con nuevas observaciones. El próximo paso es analizar con más detalle el mapa de esta luz ultravioleta para ver si su distribución coincide con lo que esperarían de estos grumos oscuros. Es un ejemplo de cómo los enigmas observacionales impulsan ideas teóricas audaces.

Quizás la próxima vez que alguien pida nuggets en un restaurante, los astrofísicos piensen en algo muy distinto a pollo frito.