El gobierno chino implementa una nueva regulación que prohíbe enviar contenido sexual explícito a través de mensajes privados en plataformas en línea. Esta norma, que entra en vigor el 1 de enero, busca controlar más el ciberespacio y proteger a los menores. Las autoridades pueden imponer sanciones administrativas o, en casos graves, iniciar procesos penales contra quienes infrinjan la ley. La medida amplía el marco legal existente sobre contenido en internet.


Las plataformas deben vigilar y notificar

La normativa obliga a las empresas que proveen servicios de mensajería instantánea a vigilar y gestionar el contenido que se transmite por sus redes. Deben establecer mecanismos para detectar y bloquear este material, además de notificar a las autoridades cualquier violación. Esto implica que las compañías tecnológicas deben invertir en sistemas de moderación más avanzados y enfrentar responsabilidades legales si no actúan.

El impacto en la privacidad y la comunicación

Expertos en derechos digitales señalan que esta política puede afectar la privacidad de las comunicaciones personales, ya que implica una vigilancia masiva de chats privados. Aunque el objetivo declarado es combatir delitos y proteger a los vulnerables, genera debate sobre hasta dónde puede llegar el estado en la vida privada de los ciudadanos en internet. La ley no distingue claramente entre contenido consensuado entre adultos y material ilícito.

Algunos usuarios bromean diciendo que, con esta ley, enviar un emoji de una berenjena podría convertirse en un acto subversivo que requiera interpretar la policía cibernética. Otros apuntan que las discusiones técnicas sobre shaders o texturas con nombres sugerentes podrían activar filtros automáticos curiosos.