Un análisis de Rest of World revela que casi siete mil de los 8808 centros de datos globales se construyen en climas que no cumplen los estándares recomendados por ASHRAE. La necesidad de expandir la capacidad para tecnologías como la inteligencia artificial impulsa esta ubicación en regiones con condiciones adversas. Para los constructores y operadores, factores económicos, políticos y de conectividad de red suelen pesar más que la eficiencia ambiental al elegir un lugar.


El estándar térmico y la realidad geográfica

Los expertos cruzaron datos de ubicación con registros de temperatura de Copernicus. ASHRAE sugiere que los centros de datos funcionan de manera más eficiente cuando la temperatura del aire exterior está entre 18 y 27 grados Celsius. La comparación muestra que la mayoría de los casi siete mil centros fuera de rango están en zonas con una media anual por debajo de los 18°C, donde gestionar la humedad y el flujo de aire es crucial. Unos seiscientos centros, sin embargo, operan en áreas donde la media supera los 27°C, lo que convierte al calor excesivo en un desafío constante.

Las prioridades detrás de la ubicación

El estudio indica que la lógica del mercado y las infraestructuras existentes guían estas decisiones. Construir donde la energía o el terreno son más baratos, o donde existen acuerdos políticos favorables, puede compensar los mayores costos de enfriar o calentar el equipo. La explosión en la demanda de procesar datos para inteligencia artificial acelera esta tendencia, priorizando el despliegue rápido sobre la optimización térmica a largo plazo. Esto plantea preguntas sobre el consumo energético futuro y la sostenibilidad del crecimiento digital.

Parece que, en la carrera por procesar datos, a veces se enfría más la cabeza para tomar la decisión que los propios servidores.