Tesla despliega su servicio de robotaxi en Austin con flota limitada
Tesla lanza su servicio de transporte autónomo, conocido como robotaxi, en Austin, Texas, ciudad que alberga su sede central. La operación se define como una prueba inicial, por lo que solo un grupo reducido de usuarios puede acceder a ella. Como medida de seguridad, un empleado de la compañía ocupa el asiento delantero del vehículo para supervisar y, si es necesario, intervenir en el funcionamiento del sistema de conducción automatizada.
El análisis de datos revela la escala real de la flota
Al examinar la información que transmite la aplicación móvil oficial de Tesla, surge un dato que contrasta con la ambición del proyecto. El monitoreo indica que, en un momento dado, el número de vehículos operativos en la calle es muy bajo. Según los datos recopilados, solo circulan entre tres y seis taxis autónomos de forma simultánea, lo que muestra la fase temprana y limitada en la que se encuentra este despliegue.
El contexto de un lanzamiento controlado
Esta estrategia de comenzar con una flota mínima y un acceso restringido es común cuando las empresas prueban tecnologías complejas en el mundo real. Permite a Tesla recopilar datos de conducción en un entorno urbano real, pero controlado, mientras afina el software y los protocolos de seguridad antes de plantear una expansión masiva. La presencia del supervisor humano subraya que el sistema aún no opera con plena autonomía y requiere supervisión.
Parece que, por ahora, conseguir uno de estos taxis en Austin podría ser más difícil que encontrar un producto en rebajas durante el Black Friday.
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