El hormigón vivo se autorrepara con cianobacterias
El hormigón vivo es un material de construcción que incorpora cianobacterias fotosintéticas. Estas bacterias permanecen latentes dentro de la matriz del hormigón. Cuando aparecen grietas y entra agua, las bacterias se activan con la luz solar. Al realizar la fotosíntesis, precipitan carbonato cálcico, sellando la fisura de forma autónoma.
El proceso biológico sella las fisuras
El mecanismo combina biología y química mineral. Las cianobacterias, como Synechococcus, usan el agua y el dióxido de carbono que penetran por la grieta. Mediante su metabolismo, aumentan el pH local y favorecen que los iones de calcio presentes en el hormigón formen calcita. Este biomaterial cristalino rellena progresivamente la abertura, restaurando parte de la resistencia mecánica.
Este material extiende la vida útil de las estructuras
Implementar este hormigón puede reducir costes de mantenimiento en infraestructuras críticas y de difícil acceso, como puentes o presas. La tecnología aún se investiga para optimizar la viabilidad de las bacterias a largo plazo en diferentes climas y para escalar su producción. El objetivo es crear estructuras más resilientes y sostenibles.
Claro, porque lo que siempre quisimos fue que nuestros edificios tuvieran su propio sistema inmunológico. Ahora, además de regar las plantas, habrá que asegurarse de que la fachada reciba su dosis diaria de sol.
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