La impresión 3D permite diseñar y fabricar carcasas acústicas personalizadas para altavoces de estantería. Este proceso integra el diseño de la forma interna, que afecta al sonido, con el diseño exterior, que debe combinar con la decoración. Se modela la caja acústica para optimizar su respuesta en frecuencia y reducir resonancias no deseadas. La impresión por capas facilita usar materiales distintos en una misma pieza, lo que ayuda a amortiguar las vibraciones. Así, se consigue un altavoz que suena bien y se adapta al espacio donde se coloca.


Optimizas la forma interna para el sonido

El diseño interno de la carcasa es crucial para la calidad del sonido. Se calcula el volumen interno necesario según los parámetros del altavoz, conocido como Thiele/Small. Se evitan las caras paralelas dentro de la caja para impedir onas estacionarias. Se modelan deflectores y refuerzos internos para rigidizar la estructura y controlar la resonancia. La forma del puerto de bajos, si se incluye, también se optimiza para su frecuencia de sintonía. Todo esto se simula con software de diseño acústico antes de imprimir.

Personalizas el exterior y eliges los materiales

El diseño exterior se enfoca en la estética y la integración en el entorno. Se pueden crear formas orgánicas, geométricas o que imiten otros objetos. La impresión 3D permite texturas superficiales complejas. Se puede imprimir con varios materiales: PLA o PETG para la estructura principal y TPU flexible para juntas o amortiguadores internos. Imprimir en varias etapas con materiales diferentes permite combinar rigidez y absorción de vibraciones en una sola carcasa. El acabado final con pintura o tinte completa la personalización.

Un error común es priorizar solo la apariencia, lo que resulta en una caja que suena a lata resonante. La clave es equilibrar la física del sonido con el diseño industrial.