Un estudio reciente analiza los sedimentos de una letrina en el fuerte romano de Vindolanda, al sur del muro de Adriano. Los investigadores encuentran huevos de parásitos intestinales, lo que indica que los soldados padecían infecciones por lombrices. Este hallazgo muestra las condiciones de vida y los hábitos sanitarios de la guarnición fronteriza.


La investigación revela la presencia de gusanos parásitos

El equipo, dirigido por la Universidad de Cambridge, emplea técnicas microscópicas para estudiar muestras del suelo. Identifican huevos de tricocéfalos y áscaris, parásitos que se propagan a través de la contaminación fecal. Estos gusanos pueden causar desnutrición, diarrea y dolor abdominal, afectando la salud de los legionarios.

Los hábitos higiénicos y la dieta explican los hallazgos

La presencia de estos parásitos sugiere que los soldados manejaban alimentos o agua contaminados con heces humanas. Los romanos conocían la importancia del saneamiento, pero en puestos remotos las prácticas podían ser deficientes. La dieta, que incluía grano molido en molinos locales, también pudo ser una vía de contagio.

A pesar de su disciplina militar, los legionarios no podían escapar de estos pequeños invasores. Su eficacia en el campo de batalla contrasta con la vulnerabilidad en su propio campamento, donde la guerra contra los parásitos se perdía a diario.