En las redes sociales, es frecuente que creadores de contenido recomienden productos. Muchas veces, estas recomendaciones parecen opiniones personales y genuinas. Sin embargo, en numerosas ocasiones se trata de contenido patrocinado o incluyen enlaces de afiliado. Esto significa que el influencer recibe una comisión económica por cada venta que se genera a través del enlace que comparte con su audiencia. Su principal motivación puede ser vender, no necesariamente evaluar la calidad real del artículo.


La dinámica del enlace de afiliado funciona así

Cuando un usuario hace clic en el enlace especial y compra el producto, la plataforma o marca rastrea esa transacción. Luego, paga una comisión previamente acordada al influencer que proporcionó ese enlace. Este modelo es común en plataformas como YouTube, Instagram o TikTok. No siempre se declara de forma clara y visible para el espectador, aunque algunas normativas lo exigen. El problema surge cuando la recomendación no es sincera y solo persigue generar ingresos.

Cómo identificar este tipo de contenido

Para reconocer estas prácticas, se puede buscar en la descripción del vídeo o en la biografía del perfil términos como enlace afiliado, colaboración o patrocinado. A veces, el creador lo menciona de pasada al inicio o al final del contenido. Otra señal es un entusiasmo exagerado y poco crítico sobre un producto genérico. También es útil cuestionar si el influencer usa ese producto de forma habitual en su vida diaria o solo aparece para ese vídeo concreto.

Así que la próxima vez que alguien diga estoy obsesionado con este producto, el enlace está en mi bio, vale la pena recordar que esa obsesión podría medirse en un porcentaje de comisión. La confianza se construye con transparencia, no con descuentos.