Las personas que reciben prestación por desempleo pueden incorporarse a programas que les permiten trabajar en la administración pública y en entidades sociales. Estas personas realizan tareas de digitalización y apoyo administrativo básico. Su labor ayuda a aliviar la saturación que sufre la administración y a mejorar su eficiencia. Al mismo tiempo, quienes participan adquieren experiencia laboral en competencias que el mercado demanda cada vez más.


Las tareas que se pueden desarrollar son variadas y necesarias

El programa se centra en funciones que no requieren una formación especializada prolongada. Los participantes digitalizan archivos físicos para crear copias digitales. Actualizan bases de datos con información nueva o corrigen la existente. Apoyan en la tramitación de expedientes sencillos, liberando tiempo al personal técnico. También asisten a ciudadanos, especialmente a personas mayores o con dificultades, para que puedan usar los servicios digitales de la administración.

Esta iniciativa genera beneficios para todas las partes implicadas

La administración pública gana capacidad operativa para procesar un volumen mayor de trabajo. Las entidades sociales reciben apoyo adicional en sus labores diarias. Los ciudadanos perciben una administración más ágil y accesible. Las personas en paro obtienen experiencia laboral real, mejoran su currículum y mantienen activas sus habilidades profesionales. Este ciclo práctico facilita que luego encuentren un empleo en el sector privado o público.

Quizás el mayor reto sea convencer a algunos funcionarios de que delegar tareas rutinarias no es una amenaza, sino la única forma de que puedan dedicarse a lo que de verdad requiere su experiencia, en lugar de pasar horas buscando un archivo perdido en un armario.