Digital Dodge and Burn adapta una técnica de laboratorio fotográfico analógico. Consiste en aclarar u oscurecer áreas específicas de una imagen de forma selectiva. No se trata de aplicar un efecto global, sino de trabajar con precisión sobre zonas concretas. Este método permite manipular el contraste, dirigir la atención del espectador o realzar formas y volúmenes. Se ejecuta principalmente con herramientas de pincel en software de edición, usando capas de ajuste en modo superposición para un control no destructivo.


La técnica se basa en principios de luz y sombra

El fundamento es simple: aclarar (dodge) simula el efecto de que más luz incide sobre un área, mientras que oscurecer (burn) simula sombra. Al aplicar estas variaciones de luminosidad de manera sutil y gradual, se modela la percepción de la profundidad y la textura. Esto es especialmente útil para retocar retratos, donde se puede suavizar imperfecciones de la piel o definir la estructura ósea, y en fotografía de paisajes, para guiar la mirada hacia el punto focal o equilibrar la exposición en diferentes planos.

Su implementación requiere paciencia y un flujo de trabajo ordenado

Se recomienda trabajar sobre una capa nueva en gris medio al 50% en modo superposición. Sobre esta capa, se pinta con blanco para aclarar y con negro para oscurecer, usando un pincel suave con opacidad y flujo bajos. La clave reside en acumular cambios leves mediante pasadas repetidas, nunca en una aplicación brusca. Es vital observar la imagen en su conjunto y a diferentes escalas para asegurar que las modificaciones integran de forma natural y no crean halos o transiciones artificiales.

Un error común es quemar y esquivar hasta que el sujeto parece una estatua de cera iluminada por un reflector, un look que pocos agradecen fuera de un catálogo de maquillaje teatral.