Disney cambia su estrategia de demandas judiciales y se alía con OpenAI
La noticia sorprende a la industria. Disney, que antes se mostraba cautelosa con la inteligencia artificial, ahora firma un acuerdo con OpenAI. Este giro sugiere que la compañía prefiere colaborar con la tecnología que intentar contenerla. El pacto explora cómo usar modelos de IA para crear contenido y mejorar experiencias, siempre dentro de los límites de su propiedad intelectual. Muchos interpretan este movimiento como un reconocimiento práctico de que la IA ya transforma la creación de medios.
El acuerdo busca definir nuevos flujos de trabajo
El foco inicial parece estar en desarrollar herramientas internas para sus equipos creativos. Disney quiere usar la IA para agilizar procesos, generar prototipos o personalizar experiencias para los fans. La clave del acuerdo reside en establecer un marco que permita experimentar con la tecnología de OpenAI sin poner en riesgo sus valiosos personajes e historias. Se trata de un paso para integrar la IA de forma controlada en su ecosistema.
La industria observa las implicaciones legales y creativas
Este acercamiento contrasta con la postura más defensiva de otros estudios. El pacto podría sentar un precedente sobre cómo las grandes empresas de entretenimiento negocian con los desarrolladores de IA. Queda por ver cómo se materializa en productos concretos y cómo afecta a los artistas y técnicos. El resultado podría redefinir cómo se produce contenido audiovisual en el futuro, mezclando creatividad humana con algoritmos potentes.
Mientras algunos temen que Mickey Mouse empiece a escribir guiones, la realidad es más prosaica: probablemente ayude a que los animadores pasen menos horas dibujando nubes perfectas.
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