Un equipo de investigadores logra que los qubits, las unidades básicas de información cuántica, almacenen datos durante más tiempo del que se creía posible. Este avance supera un límite teórico conocido como límite de brevedad, que restringía cuánto podía durar un estado cuántico útil. El experimento, publicado en Science Advances, utiliza pulsos de luz dinámicos para controlar con precisión un qubit hecho de un átomo de rubidio. Al manipular el espín del electrón de este átomo, consiguen extender el tiempo durante el cual la información cuántica se mantiene coherente y sin errores.


Cómo funciona la nueva técnica de control

El método se basa en aplicar pulsos de microondas que cambian rápidamente, una estrategia llamada control dinámico. En lugar de usar señales constantes, los científicos ajustan la frecuencia y la amplitud de estos pulsos para contrarrestar el ruido del entorno que normalmente destruye el frágil estado cuántico. Esto permite que el qubit mantenga su información por un período hasta diez veces mayor que con técnicas convencionales. El proceso es similar a equilibrar con cuidado un objeto inestable, haciendo correcciones continuas y minúsculas para evitar que caiga.

Implicaciones para el futuro de la computación cuántica

Este progreso es un paso clave para construir ordenadores cuánticos prácticos. Un qubit que conserva su estado más tiempo permite ejecutar algoritmos más complejos y con menos errores. La técnica podría integrarse en diferentes plataformas cuánticas, como iones atrapados o circuitos superconductores. Aunque es un resultado de laboratorio, demuestra que es posible superar barreras físicas que se consideraban fundamentales, abriendo la puerta a diseñar sistemas cuánticos más robustos y escalables.

Parece que en el mundo cuántico, hasta los límites teóricos tienen fecha de caducidad cuando un grupo de científicos decide no leer el manual de instrucciones y pulsar todos los botones a la vez.