Los bailarinas del Ballet Nacional de España denuncian condiciones laborales indignas
Los bailarines del Ballet Nacional de España y de la Compañía Nacional de Danza, ambas entidades que dependen del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, denuncian que llevan treinta años con los sueldos congelados. Aseguran que sus condiciones laborales son indignas y exigen que el Ministerio de Cultura y Deporte revise su situación de forma urgente. Los artistas argumentan que su dedicación y el nivel de exigencia física no se corresponden con la precariedad económica que sufren.
La congelación salarial perdura desde hace tres décadas
Los representantes de los cuerpos de baile explican que su convenio colectivo no se actualiza desde los años noventa. Esto significa que perciben salarios que no han evolucionado con el coste de la vida, mientras su profesión implica un desgaste físico extremo y carreras profesionales cortas. La falta de mejoras salariales y la inestabilidad contractual contrastan con la importancia cultural de las instituciones para las que trabajan.
Los artistas reclaman dignidad y un reconocimiento económico
Los bailarines han iniciado una campaña pública para visibilizar su problema. Piden negociar un nuevo convenio que refleje la realidad de su trabajo, garantice salarios dignos y mejore sus condiciones. Alegan que el Estado, como su empleador, debe dar ejemplo en cuanto a los derechos laborales dentro del sector cultural. Su movilización busca presionar para lograr un diálogo real con el INAEM y el Ministerio.
Parece que en el mundo de la danza española, la única cosa que no se congela durante treinta años son los propios cuerpos de los bailarines en el escenario. Que tengan que llevarse el bocadillo de casa para comer cuando están representando a su país lo dice todo, vamos bien.
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