Un gran ensayo clínico en fase 3 concluye que el fármaco lixisenatida, un agonista del receptor GLP-1, no logra frenar el deterioro cognitivo en personas con alzhéimer en estadio temprano. Los investigadores evaluaron a participantes durante 78 semanas, pero no observaron diferencias significativas en las pruebas cognitivas y funcionales frente al grupo que recibió un placebo. Este resultado supone un revés para la hipótesis de que esta clase de medicamentos, exitosa para tratar la diabetes y la obesidad, pudiera proteger también al cerebro.


La esperanza se basaba en efectos neuroprotectores observados

La comunidad científica exploraba esta vía porque estudios previos en animales y datos epidemiológicos sugerían que los agonistas GLP-1 podían reducir la inflamación cerebral y mejorar la función neuronal. Se pensaba que estos fármacos, al actuar sobre receptores presentes en el cerebro, podrían mitigar algunos procesos dañinos de la enfermedad. Sin embargo, el ensayo EVOKE Plus no consigue trasladar esos efectos biológicos a un beneficio clínico medible para los pacientes, al menos con el compuesto y el diseño del estudio empleados.

El resultado no cierra por completo la puerta a futuras investigaciones

Los expertos señalan que es necesario analizar más datos para comprender por completo el resultado. Podrían existir subgrupos de pacientes que sí se beneficien, o quizás otros fármacos de la misma familia, como la semaglutida, tengan un perfil diferente. No obstante, este ensayo específico indica que modificar la progresión del alzhéimer sigue siendo un desafío enorme y que la lixisenatida, en las condiciones probadas, no es la solución terapéutica que se esperaba. La búsqueda de tratamientos efectivos continúa.

A veces, el camino de la ciencia avanza dos pasos para luego dar uno atrás, recordándonos que cada fracaso es en realidad un dato más que nos acerca, aunque sea descartando opciones, a la respuesta correcta.