En los racks que alojan sistemas de inteligencia artificial de alta densidad, donde el consumo supera los 50 o 100 kilovatios, el cableado eléctrico tradicional se vuelve complejo y difícil de manejar. Para resolver este problema, la industria implementa barras colectoras, también conocidas como busbars. Estas son estructuras metálicas sólidas, generalmente de cobre o aluminio, que se instalan a lo largo del rack. Su función principal es distribuir corriente continua a un voltaje elevado, como 48V o más, de manera eficiente y segura a todos los nodos de computación, eliminando la maraña de cables individuales que se requerirían para alimentar docenas de unidades de procesamiento gráfico.


Ventajas clave sobre el cableado convencional

Este método mejora la eficiencia energética al reducir las pérdidas por resistencia y disipar mejor el calor. También simplifica el mantenimiento y hace que escalar el sistema sea más sencillo, ya que agregar o reemplazar una unidad de procesamiento gráfico se convierte en una operación rápida y limpia. La conexión se logra mediante conectores modulares que se acoplan directamente a la barra, lo que reduce los puntos de falla potenciales y aumenta la fiabilidad general de la infraestructura eléctrica.

Consideraciones para implementar un sistema con busbar

Planear una instalación con barras colectoras requiere calcular con precisión la capacidad de corriente y la caída de voltaje admisible a lo largo de toda la barra. El diseño físico del rack debe integrar las barras de forma que permitan un flujo de aire óptimo para refrigerar y faciliten el acceso a los conectores. Es crucial seleccionar materiales con alta conductividad y un acabado que evite la oxidación, asegurando un contacto eléctrico óptimo y duradero a lo largo del tiempo.

Por supuesto, olvídate de improvisar con un puñado de cables y bridas; aquí un error de cálculo no se traduce en un reinicio, sino en una visita muy cara del equipo de seguridad y posiblemente de los bomberos.