La industria automotriz evoluciona hacia el coche como dispositivo conectado
La idea de transformar el automóvil en un dispositivo inteligente sobre ruedas, que Tesla impulsó durante años, ahora se extiende por toda la industria. Los fabricantes integran sistemas que permiten actualizar el software a distancia, añadir funciones y procesar datos para ofrecer servicios personalizados. Este enfoque convierte al vehículo en una plataforma digital que mejora con el tiempo, no solo en un producto mecánico terminado.
Los analistas prevén un cambio en la inversión en inteligencia artificial
A pesar de esta tendencia, la firma de análisis Gartner sostiene que para 2029 solo un 5% de los fabricantes mantendrá inversiones significativas en inteligencia artificial propia. El informe sugiere que la mayoría optará por adquirir estas capacidades a proveedores especializados o a través de alianzas, al considerar que desarrollar y mantener estos sistemas complejos resulta demasiado costoso y no es su competencia central.
El futuro se define entre la especialización y la integración vertical
Este pronóstico plantea un escenario donde pocas marcas, como Tesla, controlan toda la pila tecnológica. El resto dependerá de terceros para dotar de IA a sus vehículos. La batalla no solo se libra en la potencia de los motores o el diseño, sino en quién posee el cerebro digital que decide, aprende y gestiona la experiencia a bordo. El coche como gadget exige elegir entre fabricar chips o comprarlos.
Quizás el verdadero lujo no será el cuero de los asientos, sino tener un servidor propio con ruedas que no comparta datos con nadie.
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