En internet y la televisión circulan anuncios que prometen arreglar problemas domésticos graves con métodos fáciles y rápidos. Estos productos aseguran sellar goteras, desatascar tuberías o reparar instalaciones eléctricas sin necesidad de llamar a un profesional. La propuesta parece atractiva porque ahorra tiempo y dinero de forma inmediata. Sin embargo, estas soluciones suelen ser solo un parche temporal que no resuelve la causa original del problema.


Las soluciones temporales pueden empeorar el daño

Aplicar un sellador en spray sobre una humedad o verter un químico agresivo por un desagüe puede dar una falsa sensación de seguridad. El producto puede tapar el síntoma visible, pero la filtración de agua o la obstrucción en la tubería continúan su curso. Con el tiempo, el problema subyacente se agrava. Una pequeña gotera puede pudrir una viga de madera o dañar la estructura, y un atasco mal tratado puede reventar una junta o corroer las tuberías. El coste final de la reparación definitiva será mucho mayor.

Algunos productos implican riesgos para la seguridad

En el caso de problemas eléctricos, los riesgos son más serios. Los anuncios de cintas o líquidos que prometen reparar cables pelados o enchufes son especialmente peligrosos. Estos métodos no siguen la normativa de seguridad y pueden provocar cortocircuitos, sobrecalentamientos o incluso incendios. Confiar en una solución milagrosa para la fontanería, la electricidad o la construcción pospone la intervención de un técnico cualificado. Esta demora permite que un inconveniente menor se convierta en una emergencia costosa y potencialmente peligrosa.

Es como usar cinta adhesiva para sujetar el espejo retrovisor del coche. Funciona un rato, hasta que se cae en medio de la carretera. La diferencia es que en casa, lo que se cae puede ser un techo o la tranquilidad.