NVIDIA presenta RTX IO, una tecnología que permite a los juegos cargar y descomprimir activos de forma más rápida y eficiente. Esta solución aprovecha las GPU GeForce RTX para gestionar tareas de entrada/salida, lo que reduce la carga en el procesador y acelera los tiempos de carga. RTX IO funciona con Microsoft DirectStorage, una API de Windows diseñada para optimizar cómo los juegos acceden a los datos almacenados en unidades SSD de alta velocidad.


Cómo funciona la tecnología RTX IO

La tecnología delega en la GPU la tarea de descomprimir los datos del juego directamente desde el almacenamiento NVMe SSD. Tradicionalmente, la CPU se encarga de este proceso, lo que puede crear un cuello de botella. RTX IO usa los núcleos especializados de la GPU para descomprimir estos datos de manera masiva y paralela, liberando ciclos de la CPU para otras tareas. Esto se traduce en mundos de juego que se cargan casi al instante y en una transmisión de texturas y activos más fluida mientras se juega, minimizando las pausas o los pop-ins visuales.

Beneficios y requisitos del sistema

Para usar RTX IO, los jugadores necesitan una GPU GeForce RTX serie 30 o superior, una unidad SSD NVMe y un juego que implemente tanto RTX IO como la API DirectStorage de Microsoft. Los desarrolladores deben integrar esta tecnología en sus motores de juego. NVIDIA afirma que esta combinación puede multiplicar por doce el rendimiento de E/S y reducir el uso de la CPU hasta en un 20 veces durante estas operaciones, lo que permite experiencias más inmersivas y detalladas.

La promesa de tiempos de carga casi nulos suena bien, aunque algunos jugadores ya usan SSD rápidos y notan mejoras. La verdadera diferencia llegará cuando los juegos se diseñen específicamente para explotar este flujo de datos directo a la GPU, algo que aún está por verse de forma generalizada.