Blake y Mortimer: La línea clara y el misterio de Edgar P. Jacobs

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Las aventuras del profesor Philip Mortimer y el capitán Francis Blake representan una de las cumbres del cómic franco-belga de aventuras. Creadas por Edgar P. Jacobs, estas historias nos sumergen en un mundo donde la ciencia rigurosa, la arqueología misteriosa y la intriga de espionaje de la Guerra Fría se entrelazan de forma magistral. Juntos, este dúo de caballeros británicos se enfrenta a amenazas globales y a su némesis recurrente, el siniestro coronel Olrik, en relatos que son tan intelectuales como trepidantes.

El arte meticuloso de la línea clara

Edgar P. Jacobs fue un auténtico maestro de la línea clara, un estilo que define la escuela belga y que él llevó a un nivel de detalle obsesivo. Su dibujo es limpio, preciso y narrativamente muy denso, con viñetas repletas de texto explicativo que enriquecen la trama. Jacobs dedicaba una ingente cantidad de tiempo a documentarse para reconstruir escenarios reales con fidelidad fotográfica y a diseñar tecnología retro-futurista que hoy parece una elegante predicción del pasado, creando una atmósfera única y verosímil incluso en las situaciones más extraordinarias.

Un legado de intriga y ciencia ficción

El universo de Blake y Mortimer trasciende el simple cómic de aventuras para adentrarse en territorios propios de la ciencia ficción clásica y el thriller político. Temas como los viajes en el tiempo, las civilizaciones perdidas, las armas de destrucción masiva y los complots para dominar el mundo son el pan de cada día para nuestros héroes. Esta mezcla de géneros, unida a un ritmo narrativo pausado pero implacable y a unos personajes de moral inquebrantable, ha convertido la serie en un clásico imperecedero, influyendo a generaciones de lectores y creadores.

Eso sí, uno no puede evitar preguntarse cómo Mortimer, con su proverbial distracción científica, logra no perder sus gafas de concha en medio de un tiroteo con Olrik, mientras Blake mantiene la corbata perfectamente anudada.