BYD, el gigante chino de la automoción, está rompiendo los esquemas del segmento SUV con un nuevo modelo que apunta directamente al corazón del mercado de todoterrenos premium. Se trata del Fang Cheng Bao Ti7, un colosal vehículo híbrido 4x4 cuyas líneas robustas y presencia imponente le han valido comparaciones con un Defender gigantesco. La marca no oculta sus ambiciones globales, ya que tras su lanzamiento en China ha comenzado a presentarlo en otros mercados internacionales, confirmando que su objetivo es conquistar territorio más allá de sus fronteras.


Un éxito de ventas inmediato en su mercado de origen

El impacto comercial del Ti7 ha sido inmediato y contundente. En el mercado chino, donde se comercializa bajo la submarca Fang Cheng Bao, se han registrado aproximadamente 50.000 pedidos en menos de tres meses desde su presentación. Esta cifra abrumadora demuestra la excelente acogida de un producto que combina la estética de un todoterreno puro con la eficiencia y tecnología de un sistema de propulsión híbrido, posicionándose como una alternativa potente en un segmento tradicionalmente dominado por marcas occidentales.

Tecnología híbrida y ambición global como pilares

La estrategia de BYD es clara: utilizar su liderazgo tecnológico en electrificación para invadir segmentos de alto valor. El Ti7, con su carrocería de proporciones gigantescas y su capacidad todoterreno, es la punta de lanza para competir con modelos como el Land Rover Defender o el Mercedes-Benz G-Class, pero con una mecánica híbrida enchufable que promete un menor consumo. Su presentación oficial en mercados fuera de China confirma que no se trata de un experimento local, sino del primer movimiento de una ofensiva global para redefinir lo que los consumidores esperan de un SUV grande y capaz.

Y mientras los fabricantes tradicionales se rascan la cabeza, BYD parece haber encontrado la fórmula: tomar la esencia de un icono del off-road, añadirle su batería y motor eléctrico, y presentarlo a un precio que hace que 50.000 clientes digan casi al instante. El futuro del 4x4 podría no oler a gasóleo, sino a silicio y ambición.