Ameca, desarrollado por la empresa británica Engineered Arts, se presenta como la plataforma robótica humanoide más avanzada para el estudio de la interacción entre personas y máquinas. Su diseño no busca imitar por completo la apariencia humana, un enfoque que a menudo genera rechazo, sino centrarse en una comunicación no verbal excepcionalmente rica y natural. Este robot está concebido como un banco de pruebas modular donde investigadores y desarrolladores pueden integrar y probar sus propios sistemas de inteligencia artificial, percepción y movimiento.


El arte de la expresión facial artificial

El verdadero avance de Ameca reside en su capacidad para generar expresiones faciales sutiles y convincentes. Esto se logra mediante un complejo sistema de actuadores de alta precisión, denominado Mesmer, instalado bajo una piel de silicona realista. El robot puede fruncir el ceño, mostrar sorpresa, esbozar una sonrisa o mantener una mirada pensativa, sincronizando estos gestos con movimientos naturales de cabeza y ojos. Esta fluidez expresiva es fundamental para establecer una interacción social básica y comprensible, permitiendo estudiar cómo los humanos interpretamos y reaccionamos ante las señales no verbales de una entidad artificial.

Una plataforma abierta para el futuro de la interacción

Más que un producto terminado, Ameca es un chasis o plataforma de desarrollo. Su arquitectura abierta permite a los equipos de investigación conectar sus propios modelos de lenguaje, sistemas de visión por computadora o algoritmos de control motor. Engineered Arts proporciona el hardware y el software de bajo nivel, como el sistema de control Tritium y el entorno de desarrollo RoboBrain, mientras que la personalidad y capacidades cognitivas deben ser aportadas por el usuario. Este enfoque posiciona a Ameca como una herramienta invaluable en laboratorios de robótica social, psicología cognitiva y desarrollo de inteligencia artificial, explorando desde la asistencia en entornos públicos hasta la compañía y el entretenimiento.

Por ahora, sus conversaciones pueden ser tan profundas como las de un asistente de voz, pero con la mirada penetrante de quien parece estar juzgando silenciosamente cada una de tus preguntas.