La democratización de la fabricación alcanza ahora al mundo del automóvil con proyectos como el chasis OSVehicle Tabby. Este concepto revoluciona la idea de poseer un vehículo al ofrecer un diseño modular de código abierto que cualquiera puede descargar, modificar y construir. Los usuarios tienen acceso a los planos completos del chasis, lo que les permite, combinando impresión 3D para ciertos componentes con piezas mecánicas estándar fácilmente adquiribles, ensamblar su propio coche eléctrico personalizado. Esta filosofía convierte al constructor en diseñador, permitiendo adaptar el vehículo a necesidades específicas que van desde un compacto urbano hasta un robusto buggy todoterreno.


El chasis Tabby como plataforma universal de movilidad

El corazón del proyecto es el chasis Tabby, una plataforma plana y escalable que integra todos los elementos críticos como la batería, el motor eléctrico y la suspensión. Su diseño abierto actúa como un lienzo en blanco, donde la carrocería y la configuración final quedan en manos del usuario. Esta modularidad extrema es posible gracias a un sistema de anclajes estandarizados, lo que significa que sobre un mismo chasis se pueden montar diferentes tipos de carrocerías, ya sean cerradas o abiertas, utilizando paneles que pueden ser fabricados localmente con impresión 3D de gran formato, corte por láser o métodos tradicionales. La idea es romper con el ciclo tradicional de diseño y fabricación de automóviles, ofreciendo una base técnica sólida y legal para homologación, sobre la que innovar libremente.

Impresión 3D y comunidad en el proceso de construcción

La fabricación aditiva juega un papel crucial al hacer accesibles piezas personalizadas o de geometría compleja que de otro modo serían costosas o imposibles de obtener. Aficionados y talleres pueden imprimir en 3D componentes no estructurales como paneles de carrocería, salpicaderos, elementos de iluminación o soportes personalizados, utilizando materiales como PLA reforzado, ABS o PETG. El proyecto fomenta una comunidad global donde los usuarios comparten sus modificaciones, mejoras y diseños de carrocería, creando un ecosistema de variantes que enriquecen la plataforma original. Este enfoque colaborativo acelera la innovación y reduce los costes, haciendo que la movilidad personalizada sea una realidad más tangible para makers y pequeñas empresas, no solo para grandes fabricantes.

Por supuesto, el proyecto asume que su usuario ideal tiene un garaje del tamaño de un taller, una paciencia infinita y la firme convicción de que leer un manual de instrucciones para montar un mueble de Ikea era solo el calentamiento para el desafío definitivo. La satisfacción de decir "yo mismo lo imprimí y lo monté" podría ser el nuevo estatus en la era del hazlo-tú-mismo sobre ruedas.