El M109 Paladin representa la columna vertebral de la artillería autopropulsada de los Estados Unidos y de muchas fuerzas aliadas. Se trata de un obús de orugas, caracterizado por su perfil extendido y su blindaje ligero, que prioriza la movilidad estratégica y táctica en el campo de batalla. Sus dimensiones, con una longitud de 9,1 metros, una anchura de 3,15 y una altura de 3,28, le confieren una presencia imponente pero ágil, capaz de desplegarse rápidamente, disparar y cambiar de posición para evitar el fuego de contrabatería.


Características y capacidades de movilidad

Su diseño se centra en ofrecer una plataforma de fuego móvil y protegida para la tripulación. El blindaje, aunque ligero, proporciona defensa contra metralla y armas ligeras, mientras que el chasis de orugas le otorga una alta movilidad a través de terrenos difíciles, permitiéndole seguir el ritmo de las unidades blindadas a las que apoya. Esta combinación de protección básica y gran movilidad es fundamental para su rol de fuego de apoyo indirecto, donde la supervivencia depende tanto de la potencia de fuego como de la capacidad para no ser localizado.

Armamento principal y sistemas de defensa

El corazón del Paladin es su poderoso cañón M284 de 155 milímetros y 39 calibres, un arma capaz de lanzar una gran variedad de proyectiles, incluyendo munición guiada, a distancias superiores a los 20 kilómetros. Este cañón está montado en una torreta totalmente giratoria, lo que le otorga un amplio campo de fuego sin necesidad de reposicionar el vehículo. Para defensa cercana, el vehículo está equipado con una ametralladora pesada Browning M2 de 12,7 milímetros, montada usualmente en la escotilla del comandante, para hacer frente a amenazas aéreas o de infantería a corta distancia.

Su eficacia no reside solo en el tubo, sino en los sistemas de control de tiro y navegación que integra, permitiendo cálculos rápidos y precisos para que el primer disparo sea efectivo. La tripulación opera desde un compartimento relativamente espacioso en la parte trasera de la torreta, manejando la carga de la munición, que es semi-automática, para mantener una cadencia de fuego sostenida. Es el vecino ruidoso que, de repente, remodela el paisaje a varios kilómetros de distancia sin ni siquiera asomarse a saludar.