En el corazón de Andalucía se levanta un proyecto que prometía revolucionar la industria cinematográfica española. La Ciudad del Cine de Coín, ubicada en la provincia de Málaga, aspiraba a convertirse en un gran centro de producción con platós de última generación y decorados permanentes. Este complejo, conocido como el Hollywood andaluz, comenzó con gran entusiasmo y albergó varias producciones nacionales durante sus primeros años de actividad.


El sueño cinematográfico andaluz

Las instalaciones contaban con recreaciones detalladas de calles de diferentes épocas y estilos arquitectónicos, desde un barrio medieval hasta avenidas modernas, todo construido con materiales ligeros como cartón piedra y escayola. Estos decorados servían como telón de fondo para series de televisión y películas, ofreciendo versatilidad para múltiples géneros sin necesidad de desplazamientos costosos. La infraestructura incluía oficinas, talleres de vestuario y áreas técnicas diseñadas para equipos de producción completos.

El declive y abandono

A pesar del potencial y algunas producciones exitosas, el proyecto enfrentó dificultades financieras y de gestión que llevaron a su cierre progresivo. Con el tiempo, los platós vacíos y las calles falsas comenzaron a deteriorarse, transformándose en un pueblo fantasma donde el viento mueve carteles descoloridos y las estructuras imitación piedra muestran grietas irreparables. La vegetación silvestre ha invadido los espacios que antes ocupaban actores y cámaras, creando una atmósfera surrealista de abandono.

Ahora los únicos actores que recorren estos escenarios son lagartijas y pájaros, que probablemente no necesitan dirección artística para sus improvisadas representaciones diarias.