Durante el embarazo, el cuerpo experimenta transformaciones profundas que afectan incluso a la boca. Una investigación reciente revela que las alteraciones hormonales y metabólicas modifican drásticamente la composición del microbioma oral, creando un entorno propicio para bacterias dañinas. Este desequilibrio no solo aumenta el riesgo de gingivitis y caries, sino que también puede conducir a la pérdida de dientes si no se controla adecuadamente.


El ecosistema bucal bajo transformación

El estudio muestra cómo los niveles elevados de hormonas como el estrógeno y la progesterona alteran el pH salival y reducen la respuesta inmune local. Esto permite que especies bacterianas asociadas con enfermedades periodontales, como Porphyromonas gingivalis, proliferen descontroladamente. Simultáneamente, disminuyen las poblaciones de bacterias protectoras, dejando las encías y dientes más vulnerables a la inflamación y destrucción tisular.

Consecuencias a largo plazo y prevención

Estos cambios microbianos explican por qué muchas embarazadas desarrollan problemas dentales graves a pesar de mantener buenos hábitos de higiene. Los investigadores enfatizan que la monitorización profesional y limpiezas frecuentes durante la gestación son cruciales para contrarrestar estos efectos. Identificar tempranamente los desequilibrios en el microbioma podría prevenir no solo la pérdida dental materna, sino también complicaciones en el embarazo como partos prematuros.

Parece irónico que un proceso tan natural como el embarazo convierta la boca en un campo de batalla microbiano donde las encías pagan el precio por crear vida.