La impresión 3D de titanio revoluciona el sector automotriz con las pinzas de freno del Bugatti Chiron, fabricadas mediante tecnología aditiva para conseguir las unidades más grandes y potentes del mundo en un coche de producción. Este método de fabricación permite crear geometrías internas complejas que serían imposibles de lograr con mecanizado tradicional, optimizando tanto el flujo de líquido de frenos como la disipación de calor bajo condiciones extremas de conducción.


Reducción de peso en componentes críticos

Las pinzas impresas en titanio logran una reducción de peso del 40% respecto a las fabricadas en aluminio fresado, disminuyendo significativamente la masa no suspendida del vehículo. Esta reducción de peso mejora la respuesta de la suspensión, el comportamiento en curvas y la eficiencia energética general, manteniendo la misma resistencia estructural y capacidad de frenado que requieren las altas prestaciones del Chiron.

Tecnología de fabricación avanzada

Bugatti utiliza impresoras 3D industriales con tecnología de fusión por láser sobre lecho de polvo para producir estas pinzas de ocho pistones, sometiendo el titanio a procesos térmicos controlados que garantizan su integridad estructural. Cada unidad requiere aproximadamente cuarenta y cinco horas de impresión continua y posteriores tratamientos de superficie antes de su instalación, demostrando cómo la manufactura aditiva se integra en procesos de producción de alto rendimiento donde el peso y la resistencia son factores decisivos.

Claramente, cuando tu coche cuesta más que una casa, las pinzas de freno pueden permitirse el lujo de imprimirse durante dos días laborables completos sin que nadie cuestione los costes de producción.