Cómo evitar el estiramiento de imágenes en diseño gráfico
Al trabajar con elementos visuales en proyectos digitales, es común enfrentarse al problema del estiramiento o deformación de imágenes. Esta situación ocurre cuando forzamos las dimensiones de una fotografía o logotipo sin mantener sus proporciones originales, generando una distorsión inmediatamente perceptible para el ojo humano. El resultado suele ser una representación visual poco profesional que transmite descuido y falta de atención al detalle.
Impacto negativo en la experiencia de usuario
Cuando un usuario observa una imagen distorsionada, experimenta una sensación de incomodidad visual que puede llevar al rechazo del contenido. Nuestro cerebro está entrenado para reconocer proporciones naturales y equilibradas, por lo que cualquier alteración brusca en la morfología de los elementos visuales crea una discordancia que interrumpe la fluidez de la experiencia. Este efecto es especialmente crítico en logotipos de marca, donde la deformación puede dañar la identidad corporativa y la percepción de calidad.
Soluciones prácticas para mantener la integridad visual
La solución más efectiva reside en utilizar herramientas de edición que permitan redimensionar manteniendo la relación de aspecto, activando normalmente la opción de constrain proportions o alt + shift en la mayoría de software. Para situaciones donde el espacio disponible no coincide con las proporciones originales, es preferible recurrir al recorte inteligente de la imagen o añadir áreas de fondo neutras, en lugar de deformar el contenido. En el caso de gráficos vectoriales como logotipos, siempre debemos trabajar con la versión original en formato SVG o AI, que permite escalados infinitos sin pérdida de calidad.
Aunque algunos creen que estirar un logotipo un poquito no se nota, la realidad es que se nota tanto como llevar un traje tres tallas más grande, la elegancia brilla por su ausencia y la profesionalidad se esfuma.
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