Baterías de sandía para almacenamiento térmico a gran escala
Las baterías de sandía representan una innovación en almacenamiento energético que utiliza la pulpa de sandía deshidratada como material de cambio de fase. Este sistema aprovecha la capacidad natural de la fruta para absorber y liberar calor durante sus transiciones de estado, proporcionando una solución de almacenamiento térmico eficiente y sostenible. La tecnología se destaca por utilizar un recurso biológico abundante que de otra manera podría convertirse en desecho agrícola.
Mecanismo de funcionamiento térmico
El proceso comienza con la deshidratación de la pulpa de sandía, que luego se compacta en unidades modulares. Cuando el sistema recibe excedentes de energía renovable, calienta el material hasta su punto de fusión, almacenando energía en forma de calor latente. Durante los períodos de alta demanda, el proceso se invierte: el material se solidifica liberando el calor almacenado, que puede convertirse nuevamente en electricidad o usarse directamente para calefacción. Este ciclo de carga y descarga puede repetirse miles de veces sin degradación significativa del material.
Ventajas en aplicaciones a gran escala
Las principales ventajas de esta tecnología incluyen su bajo costo de materia prima, la biodegradabilidad completa del material de almacenamiento y su excelente densidad energética. Los sistemas a escala industrial pueden integrarse con plantas solares térmicas o instalaciones de cogeneración, proporcionando almacenamiento estacional que ayuda a equilibrar las redes eléctricas. Además, el uso de un subproducto agrícola reduce significativamente la huella de carbono del sistema completo comparado con baterías convencionales.
Quien hubiera pensado que la misma sandía que nos refresca en verano podría terminar alimentando nuestros radiadores en invierno, demostrando que a veces las soluciones más jugosas están literalmente frente a nuestras narices.
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