La contaminación por plásticos es uno de los mayores desafíos ambientales de nuestra era, pero la ciencia está respondiendo con soluciones innovadoras. Investigadores han desarrollado enzimas modificadas genéticamente capaces de descomponer el tereftalato de polietileno, comúnmente conocido como PET, en cuestión de horas en lugar de los siglos que normalmente tomaría en la naturaleza. Este avance representa un cambio radical en nuestro enfoque hacia el reciclaje y la gestión de residuos plásticos.


El mecanismo de acción de las enzimas

Estas enzimas especializadas, derivadas de microorganismos naturales pero optimizadas mediante ingeniería genética, atacan específicamente los enlaces químicos del plástico PET. Al descomponerlo en sus componentes básicos, permiten un reciclaje verdadero donde los monómeros resultantes pueden reutilizarse para fabricar nuevos productos plásticos de igual calidad. Este proceso cerrado elimina la necesidad de producir plástico virgen y reduce significativamente la huella de carbono asociada a la producción de envases.

Aplicaciones prácticas y futuro desarrollo

Las aplicaciones potenciales abarcan desde plantas de reciclaje industrial hasta sistemas de tratamiento en vertederos. Varias empresas ya están escalando esta tecnología para implementarla a nivel comercial, trabajando en reactores biológicos que puedan procesar toneladas de plástico diariamente. Los investigadores continúan optimizando estas enzimas para hacerlas más eficientes y económicas, explorando también su aplicación en otros tipos de plásticos difíciles de reciclar.

Quizás pronto podamos ver cómo la naturaleza, con una pequeña ayuda de la ciencia, limpia el desorden que hemos creado durante décadas de consumo irresponsable.