Las cámaras de acción de marcas como GoPro y DJI Osmo Action lanzadas entre 2015 y 2021 presentan un problema común con sus baterías de litio integradas, las cuales no son fácilmente reemplazables por los usuarios. Después de aproximadamente 300 a 500 ciclos de carga, la autonomía disminuye significativamente, afectando la grabación continua y el rendimiento en exteriores. Esta situación se debe al diseño compacto de las baterías, la implementación de carga rápida y la dificultad para realizar sustituciones sin herramientas especializadas.


Estado actual de la solución

El problema se ha mitigado parcialmente en modelos recientes, donde algunas gamas ahora incluyen baterías extraíbles o permiten el reemplazo a través de servicios técnicos oficiales. Además, se ha optimizado la gestión de carga para prolongar la vida útil de las baterías. Sin embargo, para las cámaras más antiguas, la degradación de la batería sigue siendo un obstáculo, limitando su funcionalidad y forzando a los usuarios a considerar reparaciones costosas o la compra de un nuevo dispositivo.

Impacto en los usuarios

Los propietarios de modelos antiguos enfrentan una reducción drástica en el tiempo de uso, lo que compromete actividades como grabaciones prolongadas o sesiones en exteriores sin acceso a carga. Aunque las mejoras en modelos recientes ofrecen alternativas, la situación persiste para quienes dependen de equipos más veteranos, destacando la importancia del diseño sostenible en dispositivos electrónicos.

Parece que la obsolescencia programada nos alcanza incluso cuando intentamos capturar aventuras al aire libre, convirtiendo nuestras cámaras en souvenirs caros que requieren más mantenimiento que un coche viejo.