Firmware de obsolescencia programada en discos duros y SSDs
Durante el periodo comprendido entre 2010 y 2018, varios fabricantes como Western Digital, Seagate y Samsung implementaron sistemas de firmware en sus discos duros externos y unidades SSD que incluían limitaciones programadas en los ciclos de escritura y vida útil estimada. Estas restricciones técnicas, diseñadas originalmente para prevenir errores de lectura/escritura y garantizar la integridad de los datos, terminaron generando un efecto colateral no deseado: cuando los dispositivos alcanzaban ciertos umbrales preestablecidos, el firmware bloqueaba completamente el acceso a la unidad, volviéndola irreconocible para los sistemas operativos a pesar de mantener sus componentes físicos en perfecto estado de funcionamiento.
Estado actual de la situación
La problemática ha experimentado mejoras significativas en los modelos más recientes de almacenamiento, donde los fabricantes han desarrollado firmware más avanzado que permite procesos de recuperación y amplía considerablemente la vida útil operativa. Estas actualizaciones incluyen algoritmos mejorados de gestión de celdas NAND en SSDs y sistemas más inteligentes de reasignación de sectores en discos magnéticos, lo que mitiga los bloqueos prematuros que afectaban a generaciones anteriores. Sin embargo, esta solución solo aplica a dispositivos fabricados aproximadamente después de 2018, dejando a los usuarios de modelos anteriores en una situación de vulnerabilidad permanente.
Consecuencias para usuarios de hardware antiguo
Los propietarios de unidades de almacenamiento de las generaciones afectadas se enfrentan a un escenario complejo donde dispositivos físicamente funcionales se vuelven inutilizables por decisiones de software. Esta situación crea un paradigma de obsolescencia funcional programada que obliga al reemplazo anticipado del hardware, generando costes adicionales para los usuarios y cuestionando la sostenibilidad de los productos de almacenamiento a largo plazo. La imposibilidad de actualizar el firmware en muchos de estos modelos antiguos, sumado a la falta de herramientas oficiales de recuperación, convierte este problema en una limitación permanente para estos dispositivos.
A veces parece que compramos el hardware pero solo alquilamos el derecho a usarlo, hasta que el firmware decide que ya es hora de decir adiós.
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