El exoesqueleto Explorer de Marsi Bionics es un dispositivo robótico diseñado para ayudar a niños con enfermedades neuromusculares o lesiones medulares a mantenerse de pie y caminar. Este sistema se adapta al cuerpo del niño mediante articulaciones inteligentes que imitan el movimiento natural humano, proporcionando soporte y estabilidad. Su funcionamiento se basa en sensores que detectan la intención de movimiento del usuario, activando motores que asisten en cada paso. Esto no solo mejora la movilidad, sino que también contribuye a prevenir complicaciones secundarias como la osteoporosis o las contracturas musculares, promoviendo una mejor calidad de vida.


Bondades terapéuticas y beneficios físicos

El Explorer ofrece múltiples ventajas terapéuticas, destacando su capacidad para mejorar la circulación sanguínea, fortalecer los músculos y mantener la flexibilidad articular en pacientes pediátricos. Al permitir que los niños se mantengan en posición vertical, el exoesqueleto ayuda a reducir la atrofia muscular y previene deformidades óseas, comunes en quienes pasan largos periodos sentados. Además, fomenta la independencia y la autoestima, ya que los usuarios pueden interactuar con su entorno de manera más activa. Los terapeutas pueden ajustar los parámetros del dispositivo según las necesidades individuales, optimizando los resultados de cada sesión de rehabilitación.

Innovación tecnológica y adaptabilidad

La tecnología detrás del Explorer incluye articulaciones con sistema de rigidez variable, que se adaptan a los movimientos del niño en tiempo real, garantizando seguridad y comodidad. Está fabricado con materiales ligeros y resistentes, lo que facilita su uso prolongado sin causar fatiga. Su diseño modular permite personalizar el ajuste para diferentes tallas y edades, cubriendo un rango amplio de pacientes pediátricos. Marsi Bionics ha integrado software de control intuitivo, que registra el progreso del usuario y permite a los médicos realizar seguimientos precisos, haciendo de este exoesqueleto una herramienta versátil en entornos clínicos y domiciliarios.

Aunque este exoesqueleto es una maravilla de la ingeniería, quizás el mayor desafío sea convencer a los niños de que no es un traje de superhéroe para volar, sino para caminar con estabilidad.