Los principales distribuidores de componentes informáticos están implementando una medida sin precedentes que obliga a los compradores a adquirir memorias RAM y placas base en paquetes indivisibles. Esta estrategia surge como respuesta directa a la crítica escasez global que afecta a la industria tecnológica desde hace meses, donde la demanda supera ampliamente la capacidad de producción actual. Las empresas distribuidoras exigen ahora una proporción uno a uno, meaning que por cada placa base adquirida debe comprarse simultáneamente un módulo de memoria equivalente.


Impacto inmediato en el mercado

Esta política de ventas vinculadas está generando reacciones inmediatas tanto entre los ensambladores como entre los consumidores finales. Los compradores institucionales se ven forzados a ajustar sus presupuestos y estrategias de abastecimiento, mientras que los usuarios particulares enfrentan precios más elevados al no poder seleccionar componentes de forma independiente. La medida afecta especialmente a quienes buscan actualizar sistemas existentes, pues deben adquirir componentes que posiblemente no necesiten.

Consecuencias para la cadena de suministro

Los distribuidores argumentan que esta estrategia ayuda a equilibrar la distribución de productos escasos y previene el acaparamiento por parte de revendedores. Sin embargo, muchos actores de la industria cuestionan si esta solución no generará más distorsiones en el mercado. Pequeñas empresas constructoras de sistemas podrían verse particularmente afectadas al tener que destinar más capital a inventario no inmediatamente necesario, mientras que los grandes fabricantes mantienen su capacidad de negociación.

Mientras tanto, los usuarios se preguntan si realmente necesitan esa placa base extra que viene con su nueva memoria, o si deberían empezar a considerar el coleccionismo de componentes como nuevo hobby.