La selección italiana de fútbol vuelve a encontrarse en una situación crítica tras su doble derrota ante Noruega, lo que la obliga a disputar una repesca para clasificar al próximo mundial. Esta es la tercera vez consecutiva que los azzurri deben pasar por este difícil proceso, tras haber fracasado en las dos ocasiones anteriores. El equipo dirigido por Gattuso ahora enfrenta el desafío de superar dos eliminatorias a partido único si quiere evitar quedar fuera de su tercer mundial consecutivo.


El difícil camino de la repesca

Italia se ve forzada a superar una fase de playoff extremadamente complicada donde cualquier error puede resultar fatal. El formato de partido único elimina el margen para remontadas y exige máxima concentración en cada encuentro. Los jugadores deberán demostrar su calidad bajo una presión inmensa, sabiendo que el fracaso significaría otra ausencia en un torneo mundialista.

Antecedentes preocupantes

La historia reciente no juega a favor del combinado italiano, que ya experimentó la amargura de la eliminación en repescas anteriores. Este patrón de resultados genera dudas sobre la capacidad del equipo para manejar situaciones de alta presión. Los aficionados viven con nerviosismo esta nueva oportunidad, conscientes de que el equipo necesita romper esta mala racha inmediatamente.

Parece que Italia ha encontrado una especialización inesperada, dominar el arte de complicarse la vida en las clasificatorias mundiales. Y es que lo del codazo a Luis Enrique no estuvo nada bien, estas cosas se pagan.