La experta en educación Ursula Renold sostiene que la ruta académica de la escuela secundaria superior está sobrevalorada en la actualidad. Ella argumenta que un título universitario ya no garantiza automáticamente una carrera exitosa, y que los estudiantes pueden considerar alternativas viables como la formación profesional dual para construir un futuro sólido. Esta perspectiva desafía la noción tradicional de que la universidad es el único camino hacia el éxito profesional, destacando la creciente importancia de las habilidades prácticas y la experiencia laboral temprana.


El valor de la formación profesional dual

La formación profesional dual, o VET por sus siglas en inglés, combina el aprendizaje en el aula con la experiencia laboral en empresas, permitiendo a los estudiantes adquirir competencias específicas de la industria desde el inicio. Renold enfatiza que este enfoque no solo prepara a los jóvenes para empleos demandados, sino que también puede servir como una base sólida para aquellos que eventualmente deseen obtener un título universitario. Esta flexibilidad en la educación permite a los individuos adaptarse mejor a las cambiantes necesidades del mercado laboral, reduciendo el riesgo de desempleo y subempleo.

Cambios en las percepciones del éxito profesional

En el contexto económico actual, las empresas valoran cada vez más las habilidades técnicas y la experiencia práctica sobre los títulos académicos tradicionales. Renold señala que muchos graduados universitarios enfrentan dificultades para encontrar empleo en sus campos, mientras que los egresados de programas VET a menudo tienen tasas de colocación laboral más altas y salarios competitivos. Esto refleja un cambio fundamental en cómo la sociedad define el éxito, priorizando la empleabilidad y la contribución económica sobre la acumulación de credenciales educativas. Como resultado, los sistemas educativos están siendo presionados para integrar más opciones vocacionales que respondan a las demandas reales de la industria.

A veces parece que tener un título universitario es como llevar un traje elegante a una fiesta de piscina: impresiona a primera vista, pero no es muy práctico cuando necesitas nadar en el mercado laboral real.