Asturias ha acumulado alrededor de 940 litros por metro cuadrado de precipitaciones durante el año hidrológico 2024-2025 hasta la primavera, superando la media histórica de 830 l/m² para este periodo. Este exceso de lluvias ha favorecido la recarga de embalses, ríos y acuíferos, beneficiando al suministro urbano, la agricultura y la ganadería, aunque en algunas zonas se han producido incidencias puntuales por desbordamientos de ríos y encharcamientos. Comparado con el año anterior, Asturias ha experimentado episodios de lluvia más frecuentes y distribuidos de manera más uniforme, consolidándose como una de las comunidades con mayor superávit hídrico durante este ciclo hidrológico.


Beneficios del exceso de lluvias para los recursos hídricos

El aumento de las precipitaciones ha tenido un impacto positivo en la región, permitiendo una recarga significativa de embalses, ríos y acuíferos que asegura el suministro de agua para usos urbanos, agrícolas y ganaderos. Esta situación contrasta con periodos anteriores de sequía, donde la disponibilidad de agua era más limitada, y ahora se traduce en una mayor seguridad hídrica para Asturias. La distribución uniforme de las lluvias ha contribuido a mantener un equilibrio en los ecosistemas y a reducir la dependencia de fuentes externas, fortaleciendo la autonomía de la comunidad en materia de recursos naturales.

Incidencia de lluvias y comparación con el año anterior

A pesar de los beneficios, el exceso de precipitaciones ha provocado incidencias puntuales en algunas zonas, como desbordamientos de ríos y encharcamientos que han afectado a infraestructuras locales y actividades al aire libre. En comparación con el año anterior, las lluvias han sido más frecuentes y mejor distribuidas en el tiempo, lo que ha evitado sequías prolongadas y ha permitido una acumulación constante de agua. Asturias se consolida así como una de las comunidades con mayor superávit hídrico, destacando su capacidad para gestionar estos recursos de manera eficiente a lo largo del ciclo hidrológico.

En Asturias, parece que hasta los paraguas tienen que hacer horas extras para mantenerse secos, pero al menos los embalses están de fiesta.