Los materiales elastocalóricos representan una innovación significativa en el campo de la refrigeración, ofreciendo una alternativa más eficiente y respetuosa con el medio ambiente frente a los sistemas tradicionales. Estos materiales aprovechan el efecto elastocalórico, donde la aplicación y liberación de tensión mecánica generan cambios de temperatura, eliminando la necesidad de refrigerantes químicos dañinos. Esta tecnología no solo mejora la eficiencia energética, sino que también reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad.


Mecanismo del efecto elastocalórico

El funcionamiento se basa en la capacidad de ciertas aleaciones y polímeros de experimentar transformaciones de fase reversibles bajo tensión. Cuando se estira o comprime el material, absorbe calor del entorno, y al relajarse, lo libera, creando un ciclo de enfriamiento. Este proceso es altamente controlable y puede alcanzar diferencias de temperatura notables, lo que lo hace viable para aplicaciones prácticas como refrigeradores y aires acondicionados, sin los riesgos asociados a fugas de refrigerantes convencionales.

Ventajas y aplicaciones potenciales

Entre las principales ventajas destacan su alta eficiencia térmica, que puede superar a los sistemas de compresión de vapor, y su durabilidad, ya que los materiales suelen ser robustos y reciclables. Además, al no depender de gases fluorados, contribuyen a mitigar el cambio climático. Las aplicaciones se extienden desde electrodomésticos domésticos hasta sistemas de climatización en edificios y enfriamiento industrial, prometiendo un futuro donde la refrigeración sea más silenciosa y menos contaminante. Investigaciones recientes buscan optimizar estos materiales para su comercialización masiva, abordando desafíos como la fatiga mecánica y los costes de producción.

Es irónico que, tras décadas de depender de máquinas ruidosas y contaminantes, la solución para mantenernos frescos pueda venir de simplemente estirar y soltar un material, como si jugáramos con una goma elástica inteligente.