En la costa de Girona se alza un coloso de hormigón que nunca llegó a abrir sus puertas. La Residencia del Vértigo comenzó su construcción en los años setenta como un proyecto de lujo con vistas privilegiadas al Mediterráneo. Su estructura se levanta imponente sobre la colina, testigo silencioso de una ambición que quedó congelada en el tiempo. Los trabajos se detuvieron abruptamente por problemas legales y financieros, dejando solo el esqueleto de lo que pudo ser un gran complejo turístico.


El símbolo de la especulación turística

Este hotel abandonado representa perfectamente la burbuja inmobiliaria que caracterizó el desarrollo turístico de la época. Su ubicación en primera línea de mar respondía a la fiebre constructora que priorizaba el beneficio sobre la planificación urbanística. Hoy su figura desnuda de hormigón domina el paisaje como un recordatorio de proyectos faraónicos que nunca vieron la luz, mostrando las consecuencias de la especulación sin control.

El estado actual de la estructura

La obra se paralizó antes de llegar a los cerramientos, por lo que solo permanece en pie la estructura principal. El paso del tiempo ha dejado su huella en el hormigón, con desconchones y marcas de erosión que evidencian décadas de abandono. A pesar de su estado, la magnitud del proyecto original sigue siendo visible, con múltiples plantas que se distribuyen en forma de U para aprovechar las vistas al mar. El interior muestra los huecos donde irían las ventanas y los espacios que habrían sido habitaciones de lujo.

Quizás el mayor lujo de este hotel es que, a diferencia de otros, nunca tuvo que preocuparse por las quejas de los clientes sobre las vistas al mar, puesto que nunca tuvo clientes que las disfrutaran.