Los Patronatos del Teatro Real y del Gran Teatre del Liceu manifiestan públicamente la necesidad imperante de modernizar los marcos legales que rigen la contratación pública en el ámbito cultural. Esta situación afecta directamente a la capacidad de ambos coliseos para captar y retener talento artístico de primer nivel, generando lo que denominan bloqueos en la gestión del talento líquido. Los complejos procedimientos administrativos actuales dificultan la adaptación a las dinámicas cambiantes del mercado artístico internacional.




Obstáculos en la contratación artística


Los directivos de ambas instituciones señalan que los actuales procesos de contratación pública contienen numerosas trabas burocráticas que impiden reaccionar con la celeridad necesaria ante oportunidades artísticas puntuales. Esta rigidez normativa provoca que en ocasiones se pierdan producciones excepcionales o artistas destacados, quienes suelen trabajar con calendarios muy ajustados y necesitan respuestas inmediatas. La situación se agrava cuando se trata de coproducciones internacionales donde otros teatros operan con mayor flexibilidad contractual.


Propuestas de simplificación administrativa


Las reformas planteadas buscan establecer procedimientos agilizados específicos para el ámbito cultural que permitan reducir plazos sin comprometer la transparencia. Se propone crear figuras contractuales especiales para artistas y técnicos que reconozcan las particularidades del sector, así como umbrales económicos diferenciados para contrataciones artísticas. También se sugiere implementar procesos digitalizados que automaticen las fases administrativas más repetitivas, manteniendo siempre los controles necesarios pero eliminando duplicidades innecesarias.


Mientras tanto, los artistas siguen bailando entre papeles y formularios, demostrando que su verdadera coreografía no está en el escenario sino en sortear laberintos administrativos. Quizás deberíamos añadir burocracia contemporánea como nueva disciplina artística en los conservatorios.